jueves, 14 de abril de 2011

ALABANDO AL SEÑOR DE SEÑORES
Alabanza es “la actitud de mi corazón”, no lo que estoy cantando necesariamente, también es “mi respuesta a Sus atributos”
Canto y música en la iglesia fue instituido por Dios.
El propósito de esto es exaltar a Dios y solo a EL.
“Servid a Jehová con alegría;
Venid ante su presencia con regocijo.”
“venid antes SU presencia” ¿Cree usted que realmente podemos estar en la presencia de Dios? ¿Qué realmente podemos llegar a sentir verdaderamente su presencia así como puedo sentir cualquier otro objeto? ¡POR SUPUESTO QUE SI!
Mensaje
I. Dios desea que estemos cerca de él.
Santiago 4:8 “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.”
Hebreos 4:16 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
En le principio el hombre habitaba junto a Dios, al pecar el hombre hubo una gran separación. Luego para el hombre poder hablar con Dios y rendir culto a él debía periódicamente realizar sacrificios, y solo UN hombre, el Sumo Sacerdote podía entrar en la misma presencia del Señor solo una vez al año. SOLO UNA PERSONA EN TODA UNA NACION. Pero al venir Cristo, y morir y resucitar, el restauro nuestra comunión con el Padre, ahora apodemos venir al Padre en libertad.
Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
En aquel entonces uno se las arreglaba con Dios por todos. Pero ahora cada uno es responsable ante Dios. Nadie puede entrar en la presencia de Dios por ti. Nadie puede pedir perdón por tus pecados sino tú.
No tengo ninguna duda que el Señor quiere que nos acerquemos a Él. No hablar con él desde la distancia, no orar y cantar a un extraño. Sino a alguien que conocemos.
No sería mejor que yo pueda decir “Dios eres maravilloso” porque sé que lo es y no porque lo oí del pastor en el pulpito? O que pueda decir “Sr. Te amo” porque le amo, y no porque me predicaron que tenía que amar al Señor?
Acordémonos que Dios hasta mando a su Hijo!!! ¡Cuánto nos ama Dios! ¿Quiere usted estar lejos de aquel quien ama? Si a veces sentimos que “no amamos a Dios” es simplemente porque no lo conocemos, Dios es la persona, el ser más maravilloso de este mundo, no cree que si lo conociéramos no nos enamoraríamos de EL?

II. La manifestación de su presencia
Omnipresente. La primera “forma” de su presencia es que el está en todos lados la misma vez. Él es quien sostiene al mundo con sus manos. Y solo él puede atender tantas cosas al mismo tiempo, EL ES DIOS!, El diablo es solo un ángel caído que manda a los otros demonios tontos que le siguieron.
Salmo 139:7-10
” ¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia? 8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seól hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. 9 Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, 10 Aun allí me guiará tu mano.”
-Obviamente la Biblia hace una diferencia porque sino diría “venid a su presencia” porque técnicamente ya estamos en ella.
El templo se lleno de la presencia de Dios de tal forma que nadie podía estar de pie. (2 Crónicas 5:13), El rostro de moisés brillaba por Su presencia, Jesús estaba en constante comunión con el Padre.
Cristo abrió el camino para que podamos tener esa misma comunión con el Padre, no es algo reservado para pastores, sino que es para todos aquello que le buscan. Jeremías 29:12-13 “Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; 13y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.”
III. Entrando en Su presencia
¿Hay acaso una cierta fórmula para entrar entonces en la presencia de Dios? Veamos que nos dice la Biblia.
i. Con acción de gracias y regocijo. Salmo 100:2
ii. Cánticos. Salmo 92:2 “Lleguemos ante su presencia con alabanza;
Aclamémosle con cánticos.”
iii. Con ofrendas. Salmo 96:8 “Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrendas, y venid a sus atrios.”
iv. Con reverencia. Salmo 5:7 “Entraremos en su tabernáculo;
Nos postraremos ante el estrado de sus pies.”
v. Y la lista sigue y sigue
El punto es que NO HAY una “formula” o un “password”, sino que lo hagamos de corazón, con sinceridad. Como dice Jer. 29:13 “de corazón”, y veremos al Señor.
Y ahí es cuando volvemos a lo del principio, cuando realmente alabamos a Dios, con nuestro corazón de verdad su Presencia se manifiesta cada vez, y se cumple lo que dice en el Salmo 100:2, (salmo 22:3 EL HABITA) Finalmente entramos a su presencia a través de la alabanza, a través de la expresión de nuestro agradecimiento. Y cuando estamos en su presencia le adoramos, y cuando ministramos al Señor el ministra también a nuestros corazones. Mientras que alabanza es la respuesta a sus atributos, adoración es la respuesta a su presencia, no son lo mismo.
IV. Sacrificio de Alabanza
Hebreos 13:15 “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.”
Aquí habla como en representación de los sacrificios que antes los Judíos daban, que ahora no hay que matar a nada, sino que podemos alabarle a través de Jesucristo. No significa “matate tratando de albar a Dios”.
Sin embargo, si tomamos en cuenta lo que un sacrificio era, vamos a ver que es algo que costaba, algo querido a nosotros. En aquel entonces un animal era tu dinero, tu riqueza.
En el antiguo testamento un sacrifico significaba la muerte de algo. Hoy en día sigue siendo igual; para alabar a Dios tengo que morir a mi orgullo, a veces a mi comodidad, etc. Tengo que morir a mí mismo.
No siempre estamos con ganas de levantar nuestras manos y alabar a Dios, y ahí es cuando debemos recordarnos de darle a Dios un sacrificio de alabanza.
Alabanza a veces es costosa
i. Cuesta energía. Muchas estamos más que cansados, por la actividad del día o la semana, sin embargo la palabra nos enseña a amarle con todo el ser. No tenemos energía para alabarle, y ahí es cuando ofrecemos un verdadero sacrificio y le alabamos igual.
ii. Cuesta preparación. Muchas veces sentimos en nuestro espíritu que debemos arrepentirnos, y hasta que no lo hagamos, el diablo siempre va a tratar de condenarnos, no podremos alabarle con un puro corazón.
iii. Cuesta tiempo. Cuantos “no tengo tiempo ahora Señor” hemos dicho esta semana. Debemos tomar tiempo en serio para alabarle de verdad.
El sacrificio de alabanza no es divertido, por que el sacrificio somos nosotros